Hoy por hoy es innegable que el avance de la ciencia y el conocimiento han permeado todas las áreas del saber humano y la educación no escapa a ello, cada día la tecnología desarrolla nuevas herramientas que permiten mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Hemos visto una evolución progresiva de las Tecnologías de la Información y Comunicación hacia áreas más específicas de aplicación práctica, tal es el caso del surgimiento de las Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC) que son el devenir de la aplicación de las TIC, pero mediante métodos y estrategias que implican el aprendizaje significativo y colaborativo, estableciendo nuevos marcos de referencia para el aprendizaje y la construcción del conocimiento.
Ahora bien, el objetivo de las TAC es mas formativo, donde el estudiante y el docente buscan un trabajo conjunto que le permita al primero la construcción del saber y al segundo propiciar el escenario donde ése estudiante construirá el conocimiento, es una labor de coaching que implica generar el debate que permita un intercambio de ideas dejando de lado la función de impartir un conocimiento; una adecuada interacción entre las TAC y un coaching docente orientado a propiciar la creatividad y participación en los alumnos puede llegar a establecer andamiajes que promuevan la construcción de conocimientos integrales relacionados con varios ámbitos del quehacer diario que observan los alumnos.
En este sentido las TAC actúan como un Objeto de Aprendizaje (OA), un término acuñado por Wayne Hodgins en 1992 y ampliado por David Wiley en 2001, el cual es “una colección de objetos de información ensamblados usando metadatos para corresponder a las necesidades y personalidad de un aprendiz en particular. Múltiples objetos de aprendizaje pueden ser agrupados en conjuntos más grandes y anidados entre sí para formar una infinita variedad y tamaños” (Hodgins, 2000). Bajo este concepto, los objetos de información digitales se constituyen como elementos que suministran herramientas que necesita el estudiante para crear una secuencia de aprendizaje constructivista.
Una herramienta TAC como objeto de aprendizaje debe asegurar una serie de características propias de los objetos de aprendizaje, tales como reusabilidad, adaptabilidad, escalabilidad entre otros; esto permite que dicha herramienta pueda ser usada en otros contextos o ambientes formativos e incluso permitan modificaciones para adaptarlos a otras necesidades de aprendizaje distintas para la cual fue creada.
Las TAC como OA deberían comprender una serie de características a saber:
· Debe tener la capacidad de actualizarse y/o modificarse para adaptarse a las necesidades del ambiente de enseñanza.
· Accesibilidad: debe permitir el uso por parte de varios usuarios desde distintos dispositivos (pc, tablets, smartphone, etc.) y permitir ese acceso de forma simultánea desde distintos lugares.
· Formativa: Su objetivo primordial es facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la construcción del conocimiento. Por tanto, el OA incluye no sólo contenidos sino que también guía el propio proceso de aprendizaje del estudiante.
· Interactivo: Implica la participación activa de cada individuo (profesor-alumno/s) en el intercambio de información. Para ello es necesario que el objeto incluya actividades (ejercicios, simulaciones, cuestionarios, diagramas, gráficos, diapositivas, tablas, exámenes, experimentos, etc.) que permitan facilitar el proceso de asimilación y el seguimiento del progreso de cada alumno. Para que se dé el aprendizaje el alumno debe estar activo cognitivamente, en este sentido, el objeto de aprendizaje debe favorecer esa activación cognitiva por parte del alumno, bien a través de su enfoque, bien a través de los elementos que componen el objeto, etc.
El objetivo final de las TAC debe ser la materialización de un recurso instruccional como OA que permita una interacción constructivista por parte del alumno y un asesoramiento pedagógico por parte del docente que actúa como mediador.