Las sociedades en el siglo XX pasan por el hecho de priorizar sus necesidad más apremiantes, esto quiere decir que la tecnología y la técnica deben tener como objetivo la satisfacción de necesidades del ser humano, esto ha sido estudiado de hace varios siglos, Adam Smith en su obra “Riqueza de las Naciones” ejemplifica la necesidad de que los factores sociales sean los que impulsen la economía lo que a su vez hará desarrollar la nación a fin de que logre sus objetivos políticos.
Bajo ese mismo esquema de pensamiento llegamos al siglo XX donde el desarrollo científico abre nuevos horizontes al desarrollo social y por ende al desarrollo económico, es aquí en éste momento histórico donde las naciones intensifican su interacción haciendo ver que el progreso esta ligado a una economía de mercado, la primera mitad del siglo XX presenció dos conflagraciones bélicas en las que se pusieron a prueba los inventos y desarrollos técnicos y tecnológicos para luego observar en la segunda mitad que esos mismos adelantos científicos que sirvieron para matar fueron usados para construir la economía de mercado de hoy en día. En efecto, ya la segunda mitad del siglo XX comienza a observar la sociedad interconectada que hace fluir la información, información ésta que es vital para la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida de un país.
Ahora, en los albores de la primera mitad del siglo XXI podemos ver que esa misma sociedad ha evolucionado a una sociedad del conocimiento, la economía de mercado depende del cruce de información a velocidades de tiempo real y para ello el internet juega un papel clave. Así como el ser humano ha evolucionado, las redes también lo han hecho de la mano del individuo: en un primer momento éramos meros usuarios que consumían información, ésta se nos suministraba de forma unilateral, posteriormente aprendimos a interactuar con dicha información a través de contenido multimedia (descargable), en una siguiente etapa de crecimiento ese aspecto económico del que hablamos al principio fue formando parte cada vez mayor de la internet hasta encontrarnos en el eslabón actual: un individuo que encuentra en internet la satisfacción a sus necesidades de consumo de todo tipo de bienes y servicios; la nueva etapa, que estamos viviendo en este momento, es la etapa “smart” en donde todo es “inteligente”, televisores, neveras, autos, etc., algo necesario para la sociedad de consumo en la que nos hemos transformado desde hace mucho tiempo.
El mercado ha evolucionado y el hombre con él, los medios de producción han pasado de ser la industria a ser la sociedad del conocimiento, pero un conocimiento orientado a cubrir necesidades económicas básica y superiores, no en vano el economista John Mills habló del hombre como un ser que, inevitablemente, “puede obtener la mayor cantidad de cosas necesarias, con la menor cantidad de trabajo” esto dio lugar al desarrollo del término “Homo economicus”.
¿Acaso la internet hoy en día no está diseñadas para que el hombre sea ese arquetipo que propuso John Mill?, es posible ya que estamos orientados a ese tipo de sociedad, sin embargo es necesario a su vez preguntarnos ¿cuál es el rol de la educación en una sociedad dominada por el homo economicus?. La respuesta pasa por la necesidad de que el sistema educativo se adapte a las necesidades sociales imperantes, ya no es posible hablar de “impartir” enseñanza, ya debemos pensar en generar conocimiento a partir de un debate de ideas en internet y en el aula de forma sincrónica, hacer participes a los alumnos y que no sean estos meros espectadores, lo cual puede lograrse a través de los recursos de e-learning existentes.
Reflexión sobre el Capítulo I del documento de la CEPAL "La nueva revolución digital. De la Internet del
consumo a la Internet de la producción". Naciones Unidas, Chile, Julio, 2015
Si definitivamente, hay que sacar tanto a docentes como alumnos de la zona de confort.
ResponderEliminarJosé María, realmente me resulta grato leer tu reflexión sobre la nueva revolución digital... la conceptualización que ofreces sobre el "Homo Economicus" nos retrata.
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