jueves, 29 de octubre de 2015

Las TIC ¿Política de Estado?

Las políticas de estado en cuanto a las TIC deben orientarse no solamente a proporcionar una base tecnológica (hardware) que permita un rápido intercambio y difusión de información, sino que también deben orientarse hacia el aspecto humano de la tecnología, es decir, el individuo.

El uso de las TIC en centros educativos debe responder a una simple pregunta: ¿Qué busca el Estado con la implementación de las tecnologías de información y comunicación en el área educativa?, y considero que es importante la respuesta ya que de ello dependerá la forma de las estrategias educativas que deseen utilizar las TIC como herramientas de enseñanza; en efecto, si es política de Estado la implementación y uso de las TIC es porque se considera un elemento útil en la formación del estudiante por lo tanto el Estado debe buscar un objetivo por el cual adoptar líneas que afecten la enseñanza, esto nos lleva a nuevos cuestionamientos como: ¿acaso se busca mejorar la calidad del contenido de la enseñanza? O ¿acaso se busca mejorar los recursos instruccionales para la enseñanza?, ambas preguntas aparentemente similares tienen derroteros muy distintos. Por otra parte, las políticas de estado orientadas al desarrollo de las TIC para centros educativos no pueden estar aisladas de la realidad social del discente, en efecto, el equipar de tecnología para la enseñanza los centros educativos significa también que el Estado debe proporcionar a la población los requerimientos mínimos necesarios para que puedan acceder a las TIC, ya sea en el uso de internet (banda ancha) o el uso de dispositivos electrónicos como computadoras, laptops, desktops, tablets, Smartphone, etc.; no podemos pretender que el estudiante use exclusivamente las TIC en su centro de enseñanza, mientras que en la realidad que vive no puede acceder a ellas, estaríamos educando para un mundo en el cual las herramientas que le proporcionamos le serían inútiles. Es por esa razón que las políticas de Estado deben ser integrales, es decir, ir desarrollando no solo el aspecto educativo sino el social, económico y humano que permita al individuo convivir en su quehacer diario con el uso de las TIC, obteniendo una educación que le permita la aplicación del conocimiento de su uso a situaciones de la vida diaria que faciliten su inserción al campo laboral o un mejor desempeño en ese campo si ya se encuentra en él.

Hablamos al principio del aspecto humano como elemento a tomarse en cuenta en el desarrollo de políticas de Estado que permitan la inclusión de las TIC en centros educativos; en efecto, un adecuado uso de las herramientas pasa por una adecuada capacitación docente, y es precisamente este aspecto uno de los más importantes de cara a las competencias que deben desarrollar los docentes de hoy en día, si deseamos que los estudiantes aprovechen al máximo el uso de las TIC en el aula es imprescindible que el docente que se sirva de ellas tenga gran dominio en su uso a fin de que explotar al máximo todo el potencial que puedan brindar las herramientas tecnológicas ya que su correcto uso abre las puertas no solo del aprendizaje del conocimiento, sino a nuevas formas de ver el conocimiento y su interacción con esa misma tecnología.

Por último quiero hacer una distinción entre el conocimiento que será facilitado por las TIC y los recursos instruccionales que facilitarán la captación de ese conocimiento; ambas vertientes o puntos de vistas deben ser considerados por el docente cuando deba impartir enseñanza, por un lado las TIC facilitan profundizar el conocimiento que se adquiere en el aula pero por otro lado diversifican la forma en cómo se enseña en el aula; es imperativo que el docente se sirva de ambas vertientes para lograr no solo motivar al estudiante al aprendizaje sino que también permita a ese estudiante generar su propio conocimiento con las destrezas adquiridas en el aula.

domingo, 18 de octubre de 2015

El surgimiento del "Homo Economicus"

     Las sociedades en el siglo XX pasan por el hecho de priorizar sus necesidad más apremiantes, esto quiere decir que la tecnología y la técnica deben tener como objetivo la satisfacción de necesidades del ser humano, esto ha sido estudiado de hace varios siglos, Adam Smith en su obra “Riqueza de las Naciones” ejemplifica la necesidad de que los factores sociales sean los que impulsen la economía lo que a su vez hará desarrollar la nación a fin de que logre sus objetivos políticos.


     Bajo ese mismo esquema de pensamiento llegamos al siglo XX donde el desarrollo científico abre nuevos horizontes al desarrollo social y por ende al desarrollo económico, es aquí en éste momento histórico donde las naciones intensifican su interacción haciendo ver que el progreso esta ligado a una economía de mercado, la primera mitad del siglo XX presenció dos conflagraciones bélicas en las que se pusieron a prueba los inventos y desarrollos técnicos y tecnológicos para luego observar en la segunda mitad que esos mismos adelantos científicos que sirvieron para matar fueron usados para construir la economía de mercado de hoy en día. En efecto, ya la segunda mitad del siglo XX comienza a observar la sociedad interconectada que hace fluir la información, información ésta que es vital para la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida de un país.


     Ahora, en los albores de la primera mitad del siglo XXI podemos ver que esa misma sociedad ha evolucionado a una sociedad del conocimiento, la economía de mercado depende del cruce de información a velocidades de tiempo real y para ello el internet juega un papel clave. Así como el ser humano ha evolucionado, las redes también lo han hecho de la mano del individuo: en un primer momento éramos meros usuarios que consumían información, ésta se nos suministraba de forma unilateral, posteriormente aprendimos a interactuar con dicha información a través de contenido multimedia (descargable), en una siguiente etapa de crecimiento ese aspecto económico del que hablamos al principio fue formando parte cada vez mayor de la internet hasta encontrarnos en el eslabón actual: un individuo que encuentra en internet la satisfacción a sus necesidades de consumo de todo tipo de bienes y servicios; la nueva etapa, que estamos viviendo en este momento, es la etapa “smart” en donde todo es “inteligente”, televisores, neveras, autos, etc., algo necesario para la sociedad de consumo en la que nos hemos transformado desde hace mucho tiempo.

     El mercado ha evolucionado y el hombre con él, los medios de producción han pasado de ser la industria a ser la sociedad del conocimiento, pero un conocimiento orientado a cubrir necesidades económicas básica y superiores, no en vano el economista John Mills habló del hombre como un ser que, inevitablemente, “puede obtener la mayor cantidad de cosas necesarias, con la menor cantidad de trabajo” esto dio lugar al desarrollo del término “Homo economicus”.

     ¿Acaso la internet hoy en día no está diseñadas para que el hombre sea ese arquetipo que propuso John Mill?, es posible ya que estamos orientados a ese tipo de sociedad, sin embargo es necesario a su vez preguntarnos ¿cuál es el rol de la educación en una sociedad dominada por el homo economicus?. La respuesta pasa por la necesidad de que el sistema educativo se adapte a las necesidades sociales imperantes, ya no es posible hablar de “impartir” enseñanza, ya debemos pensar en generar conocimiento a partir de un debate de ideas en internet y en el aula de forma sincrónica, hacer participes a los alumnos y que no sean estos meros espectadores, lo cual puede lograrse a través de los recursos de e-learning existentes.

Reflexión sobre el Capítulo I del documento de la CEPAL "La nueva revolución digital. De la Internet del consumo a la Internet de la producción". Naciones Unidas, Chile, Julio, 2015

jueves, 8 de octubre de 2015

Evolucionando hacia la Inteligencia Colectiva

Vivimos en una sociedad exquisitamente dependiente de las ciencias y la tecnología, en la cual prácticamente nadie sabe nada acerca de la ciencia o la tecnología.”
Carl Sagan


         Para nadie es un secreto que la sociedad en la que actualmente vivimos esta cambiando a pasos no solo agigantados sino acelerados, vivimos una evolución en cuanto a las herramientas tecnológicas totalmente diacrónica de la evolución de nuestros modelos de pensamiento; hasta hace menos 100 años la revolución industrial generaba los nuevos cambios de paradigmas que influían en la sociedad; desde la segunda mitad del siglo XX una segunda revolución industrial viene estableciendo las condiciones bajo las cuales la sociedad debe desempeñarse, poco a poco el conocimiento se ha ido masificando a tal punto que actualmente no existe una persona o grupo que tenga el dominio absoluto, sino que existen actualmente sociedades o comunidades que, a manera de piezas de rompecabezas, poseen nichos de saberes que se integran formando las concepciones que vivimos hoy en día.

            En efecto, es tal el volumen de estas comunidades que desarrollan nuevos saberes que poco a poco también acumulan poder, recordemos viejos adagios que nos decían que el conocimiento es poder, pero el poder del siglo XXI está repartido de forma invisible en grupos invisibles que navegan por un infinito mar cuya profundidad es incalculable; ya el mismo concepto de globalización está en permanente cambio permitiéndonos ver que el intercambio social es muy dinámico basado en la transacción de información a todos los niveles y ámbitos, no hablamos solo de aspectos laborales, el ámbito académico, interpersonal e incluso familiar se han visto afectados por las nuevas reglas de comunicación social; éstos cambios son tan rápidos que la sociedad no los ha asimilado y no están fijas las reglas de trato, ésto conlleva el riesgo del surgimiento de un analfabetismo funcional de segunda generación, es por ello que Ayuste, Begoña y Valdivieso (2012) consideran que es necesaria esa alfabetización que requieren las nuevas competencias comunicativas.

            Y es que las TIC, específicamente internet ha logrado masificar ese conocimiento del que hemos hablado pero ese mismo fenómeno trae otras consecuencias; al no estar regulado o auditado, todos los participantes de la comunidad son dueños del saber y por ende pueden atribuirse también el dominio de la verdad, algo peligroso que lamentablemente vemos hoy en día cuando es posible que grupos radicales puedan presentar propuestas al mundo desde la cómoda ventana del computador. Más allá de este tipo de situaciones, otro elemento a considerar en este masivo intercambio de ideas e información sin fronteras es la interculturalidad, hacemos referencia al hecho de que las fronteras físicas ya no son impedimento para las nuevas comunidades que usan toda clase de redes sociales y herramientas donde la última barrera para la comunicación que es el idioma, ha caído permitiendo la existencia de esa ciudadanía global a que hace mención Ayuste y colaboradoras (2012). 

            La existencia de estas comunidades ha dado un nuevo valor al conocimiento, éste nace, se desarrolla y transforma no solo rápidamente, sino que genera nuevos conceptos y formas de entender los fenómenos sociales que obligan a redimensionar el concepto de saber y tener, la dinámica actual precisa que los ejes de poder que orbitan en éstos grupos no solo posean la mayor cantidad de conocimientos y la transmitan, sino que la posean antes y la divulguen antes. Dentro de todo este vertiginoso desarrollo social, los estándares educativos tradicionales parecen haber sido desbordados, ya que las exigencias actuales requieren un nuevo conocimiento que no sea impartido sino creado por estas comunidades en atención al entorno y las necesidades que viven precisando de la interdisciplinariedad y la creatividad, esto nos lleva a repensar el fenómeno educativo a la luz de la necesidad de innovar constantemente.

Reflexión sobre el artículo de Ayuste, Ana; Gros, Begoña y Valdivieso, Sofía. “Sociedad del conocimiento. Perspectiva Pedagógica”. En: García Aretio, Lorenzo (editor) (2012).

martes, 6 de octubre de 2015

Tecnología y Discapacidad: Otra visión



Existen una serie de prejuicios sociales que más que “condicionalismos”, definidos éstos como lo correctamente aceptado e interpretado por la sociedad, son limitaciones mentales sociales con respecto a una serie de estereotipos que vemos a nuestros alrededor; es así como Amee Mullins, deportista, modelo y activista social nos muestra en éste pequeño vídeo de 10 minutos como la discapacidad física es vista con desdén y esa misma sociedad enseña que lo correcto es la diferencia, sin embargo existe otra visión, una manera en que se puede apreciar que los impedimentos físicos que causan estigmas son en realidad la puerta a otras posibilidades con un mundo de ventajas y que por las razones antes expuestas no son vistas por todos.

En efecto, la sociedad recurre a la tecnología para afrontar las dificultades en los distintos ámbitos del quehacer humano y las discapacidades físicas encabezan la lista de prioridades, sin embargo no se aprecian ni son bien vistas las ventajas decisivas que el desarrollo de nuevas tecnologías puede ofrecer, se nos enseña que es necesaria la inclusión pero ésta no tiene que ver solo con que las personas discapacitadas puedan tener las mismas ventajas o prerrogativas que personas con total capacidad, sino que también tiene que ver con la necesidad de vencer las barreras mentales que la misma sociedad impone, esas barreras mentales que implican lástima y bajar la mirada y que no hacen más que revelarse como un nuevo tipo de discriminación.

Pocas personas pueden ver en las tecnologías algo más que simples herramientas, cuando en realidad con un uso adecuado no solo a necesidades básicas sino a necesidades emocionales, pueden ser la base del desarrollo de nuevas potencialidades en cada ser humano. En efecto, el desarrollo técnico y tecnológico ha modificado en gran medida nuestro ritmo de vida, todas las facilidades tecnológicas implican un correcto uso del conocimiento e incluso son estandarte en el campo de la salud entre otros, sin embargo ésta misma sociedad que desarrolla la herramienta no ha podido ir más allá de solo cubrir una necesidad, está en manos de los mismos usuarios de las innovaciones y avances el hecho de “humanizar” ese recurso tecnológico a fin que cada individuo pueda no solo sentirse incorporado o incluido, sino que también pueda vencer la barrera mental con que es observado, pueda también sentir que posee una nueva ventaja en el desempeño de sus labores diarias, en fin, que pertenezca a la sociedad sin que haya distinción de ningún tipo por el hecho de ser diferente al usar un recurso derivado de la tecnología.


Pienso que el reto no es solo el desarrollo técnico y tecnológico, sino su modelado social como un elemento necesario pero normal dentro del devenir diario del quehacer humano, que permita una interacción de individuos que puedan explotar su potencial a partir de una discapacidad para que ésta deje de serlo y pase a ser una ventaja competitiva e incluso decisiva ante otros individuos, aunque para ello requiramos el concurso de personas ajenas a la tecnología que nos permitan variados puntos de vista con el objetivo de bajar esa barrera mental de vernos diferentes.